- hacerse el sueco
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Desentenderse voluntariamente de algo. Disimular para hacer creer que no se oye o que no se ve algo. <<Ayer me crucé con tu primo, pero, cuando iba a saludarlo, se hizo el sueco y pasó de largo>>. La explicación más <<folclórica>> del dicho lo sitúa un par de siglos atrás, cuando llegaron a España los primeros viajeros o, si se prefiere, los primeros turistas de países del Norte. La expresión adquiriría carta de naturaleza durante los años del <<boom>> turístico español, finales de los cincuenta y principios de los sesenta. Por esa época comenzaron a llegar a las playas de nuestro país gentes hasta entonces poco vistas, hombres y mujeres rubios y altos. Tanto en el caso anterior, como en este, por antonomasia, y aunque fueran de otro país, se llamó <<suecos>> a los exóticos extranjeros. Evidentemente, el sueco no entendía cuando se le hablaba en español y, lógicamente, no se daba por aludido. La explicación más científica, y seguramente más cierta, trata la palabra sueco no como el gentilicio de Suecia, sino como un derivado de la palabra latina <<soccum, >>origen del actual <<zueco, >>y que era una especie de zapato bajo de madera usado por los actores cómicos latinos y griegos, a diferencia de los trágicos, que usaban una especie de botas altas llamadas <<coturnos>>. El <<soccum>> era, pues, el calzado que tipificaba a los personajes graciosos, los que representaban a personas vulgares o de poco entendimiento. De ahí el que <<hacerse el sueco>> signifique «no entender» o «no enterarse», y de ahí también que de <<soccum>> provengan, aparte de <<zueco, >>palabras como <<zoquete>> o <<socarrón>>.
Diccionario de dichos y refranes. 2000.